Responsabilidad
Cuando somos responsables, los sistemas de creencias se perfilan como termostato de nuestra riqueza. Disponemos del tiempo necesario para la conversación del día a día con nosotros mismos y visualizamos con entusiasmo el paisaje que se presenta ante nosotros.
El ruido
Ese ruido complejo que por momentos nos acompaña puede originar soberbia y arrogancia que asaltan al buen criterio y menguan la capacidad de abrir nuestra mente para retroalimentarnos de otras miradas.
La riqueza
Es riqueza ser conscientes de nuestros pensamientos. De la lluvia o el sol que nos muestran los caprichos del entorno en que habitamos. De la posibilidad de cambiar rumbos como estrategias de vida.
Un nuevo amanecer
Si al mirar atrás hay más satisfacciones que reclamos, probablemente sea una señal para vanagloriarnos, pero nunca para renunciar a nuevas intenciones, nunca para dejar de mirar con ilusión lo que ha de venir, nunca para dejar de imaginar ni mucho menos para ser amigos de lo rutinario.
Sanación
Cuando nos reconocemos como partes de un universo mayor, la vida y la conciencia se llenan de potencialidades y ese movimiento impulsor se convierte en el agente espiritual detrás de toda manifestación. Es así como la claridad se hace manifiesta e iniciamos el regreso a casa, al centro, al amor en movimiento, al corazón.
Cociencia
En momentos de reflexión suelen surgir interrogantes que nos hacen buscar y comprender el origen de nuestros actos y observarlos dentro de una escala de valores que tenemos como referencia, para intentar conocernos a través de algo intangible y mucho menos medible, en procura de hallar lo que somos.
Optimismo
En ciertas circunstancias pareciera que menguan las fuerzas y las sombras ocupan un lugar preponderante. Pero una actitud correcta y una adecuada disposición pueden cambiar las perspectivas, al punto de que solo lo mejor sea revelado y que las dificultades se conviertan en ascensos a nuevos niveles.