La práctica meditativa es una posibilidad enorme del ser humano, de entrar en el estado del presente, de la presencia.
Esta presencia nos permite salir del condicionamiento espacio-tiempo que tenemos en esta dimensión, para entrar en una dimensión profunda donde yo puedo ser cocreador, puedo participar activamente en la creación de nuevos hábitos.
El mecanismo de las emociones es más o menos similar. Genera un estrés asociado a una forma en que hemos nombrado o significado la experiencia emocional. Puede tener, según el sentimiento que nombramos como ira, como miedo, como tristeza, como alegría, conexión con ciertas zonas y órganos de nuestro cuerpo.
Tuve un accidente a los 18 años de edad, en el que hubo muchas personas heridas en un autobús. Esta experiencia me generó un temor terrible para viajar en el bus, y permaneció en mí durante varios años cada vez que intentaba subir a un bus. Mi organismo condicionado por la experiencia en mi cuerpo animal, en mi cerebro mamífero y en el significado que le di a ese hecho, revivía el sentimiento. Me daba taquicardia y tenía un temor, tenía un rechazo… El condicionamiento me hacía ver la expectativa del futuro, como si pudiera ocurrir nuevamente.
Esa es la trampa de la mente en el pasado y el futuro, que nos lleva a momentos de estrés.
Estoy sufriendo con la imagen, con el recuerdo del pasado o con la imagen de la posibilidad del futuro. Si yo visualizo nuevamente la tragedia el cerebro empieza a generar las sustancias del estrés: la adrenalina, el cortisol. Se activan las suprarrenales, me pongo en modo de ataque, de huida o de parálisis, de pánico. Si este estado persiste, puede generar alteraciones a nivel sanguíneo por un exceso de vasoconstricción sostenida, que puede derivar en que pierda capacidad de oxigenación. Si pierdo oxigenación pierdo vida. Si entro en un estado oxidativo pierdo electrones, me acidifico a nivel sanguíneo y la acidificación sostenida produce una respuesta de inflamación. El mismo estrés sostenido puede activar genes de la inflamación.
El estado de relajación, el estado de paz cuando puedo simplemente observar y darme cuenta que no está sucediendo, que yo puedo vivir otra experiencia, que yo puedo estar en el aquí y en el ahora, empieza a activar el sistema de relajación fisiológico. La sangre fluye mejor, oxigena mejor, se oxida menos, hay más electrones, hay más energía disponible y se pueden silenciar los genes asociados a la inflamación generada por el estrés sostenido.
Entonces es sumamente inteligente hacer prácticas de pausas, hacer prácticas meditativas.
Las técnicas meditativas en general tienen tres características comunes. La primera es entrar en un estado de relajación del cuerpo físico, soltar. La segunda es generar la capacidad de atender, que la mente se enfoque. Y la tercera es la capacidad de mantener el enfoque. Las meditaciones pueden ser silenciosas, pueden ser con un pensamiento semilla, con una palabra, con un mantra, o pueden ser guiadas para que el pensamiento fluya por ciertas corrientes.
La meditación es una experiencia de entrar en ese campo de totalidad, en esa posibilidad enorme de transformar nuestra vida, para desapegarnos del significado que le dimos a algo en el pasado y simplemente lo observemos.
Dr. Jorge Iván Arango Caro