“Ser uno mismo en un mundo que constantemente trata de que no lo seas, es el mayor de los logros” Ralph Waldo Emerson
Renunciar a la necesidad de parecerse a alguien, comprender que todo es cambiante y susceptible de ser mejorado, estar dispuestos a ser fieles a nuestros pensamientos y convicciones, poder andar sin máscaras en cualquier ocasión, rendir culto a la originalidad, dejar que el alma se asome sin titubeos: ¡Eso es autenticidad!
Hacer lo que deseamos y amamos sin darle importancia a la crítica, reformularnos cada día para innovarnos constantemente, hacernos conscientes de que no hay límites, creer en nuestro ser interior y en el universo infinito que nos habita, ser resilientes aunque todo vaya en contravía, mostrar lo humanos que somos sin vestirnos de apariencias, reconocernos vulnerables: ¡Eso es autenticidad!
Compartir nuestra historia sin temor al juicio, hacer lo que corresponde sin crear la necesidad de ser reconocidos, atrevernos a fallar en el intento, influir en el curso de nuestra existencia poniendo a prueba nuestros talentos, alejar la duda de nuestros sueños, escribir el libro de nuestras vidas con nuevas experiencias y asumiendo riesgos apasionadamente, reconocer nuestro yo sagrado, darle categoría con argumentos a nuestros puntos de vista, comunicarnos de manera serena pero certera, describir las circunstancias sin estigmatizar, honrar el respeto y la reverencia sin ser sumisos, ser perceptivos y receptivos para no dar cabida a la prepotencia, evitar repetirnos y exaltar lo genuino: ¡Eso es autenticidad!
Seguirnos a nosotros mismos admitiendo y valorando lo excepcional que hay en los otros, ser transparentes y mirar nuestro interior para auto-observarnos e indagar hacia dónde vamos, ser conscientes de nuestras posibilidades y asumir el desafío de ir en búsqueda de nuevos aprendizajes, ser íntegros para responder por cada acto, ser desarrolladores constantes de objetivos nuevos, admitir otras opiniones aunque nos parezcan contrarias, pero conservando el derecho a discernir, ser reflexivos ante los errores para reconocer con humildad que faltó enfoque, rescatar el autocontrol sin dejar de abrirnos a nuevas posibilidades, aprender a aprender para nunca dejar de sorprendernos, tener gestos de firmeza cuando afloren las dudas: ¡Eso es autenticidad!
Que siempre podamos mostrarnos abierta y espontáneamente. Que cada capítulo de nuestra existencia sea vivido con intensidad y sin evasivas. Que exista siempre un compromiso para seguir siendo únicos. Que cada uno pueda ser lo que es…